Uno de los momentos más importantes y, a veces, más desafiantes en la rutina diaria de las familias es la hora de dormir. Muchas madres/padres o cuidadores cargan con el momento de ir a dormir como una difícil y ardua tarea más. No se detienen a plantearse: ¿de quién es la tarea de dormir a los niños/as?
Déjame decirte que puedes desprenderte de esa gran carga, NO tienes que dormir a tu bebé o peque, solo tienes que facilitar el acompañamiento y brindarle el ambiente adecuado. Dormir es una necesidad fisiológica, por lo tanto, ocurre. Sólo debes asegurarte de que tu bebé tiene sus necesidades básicas cubiertas (alimentación, afecto e higiene).
Generalmente, las madres, padres o cuidadores principales son quienes suelen encargarse de la rutina nocturna. Conocer las necesidades, preferencias y ritmos del pequeño/a será esencial para llevar a cabo la rutina de noche y facilitar el acompañamiento que necesitan para dormirse. Mantener una rutina constante ayuda a que los pequeños sientan seguridad y sepan qué esperar.
Más allá de quién acompañe la rutina del bebé o pequeño, lo importante es crear un ambiente tranquilo y predecible. Esto incluye una rutina de higiene, explicación o lectura de un cuento, una música calmada, luz tenue, y un espacio cómodo y seguro. La consistencia en estos pasos ayuda a los pequeños a que asocien esas acciones con la hora de fin de estímulos y, por tanto, que finaliza el día y es hora de dormir.
En resumen, lo más importante es que la persona de referencia que acompaña al pequeño/a a dormirse sea alguien que transmita amor, calma y seguridad. La rutina, el ambiente y la coherencia serán fundamentales para que el momento de ir a dormir sea una experiencia positiva y agradable.
Recuerda que cada familia es única y lo más importante es encontrar lo que funciona mejor para tu pequeñ@ y para ti. El amor y la paciencia serán siempre nuestros mejores aliados.



